Una pregunta que frecuenta nuestras cabezas, muchos lo definen como arte, otros como maltrato.
El toreo es una de las características que los extranjeros califican a España, pero debemos cambiar esa visión que tienen sobre nosotros, no somos asesinos. El toreo lo podríamos definir como meter a un toro en una plaza con miles de espectadores, muy expectantes para ver morir al toro, que cuando este muere lo celebran con pañuelos blancos al alza. Parece increíble sí, pero miles de personas disfrutan viendo estas barbaridades, barbaridades que nunca son castigadas. Al fin y al cabo lo que se pretende es matar a un ser vivo, un ser que tiene el mismo derecho a vivir como el resto del mundo, no por ser toro tiene que estar destinado a ser avasallado con miles de puñaladas hasta morir.
El sufrimiento es continuo durante toda la corrida, el toro se desangra y nadie se preocupa por él, ven a su asesino como un heroe, un heroe que debería ser castigado por matar a sangre fría a un ser humano. Los toreros se simbolizan como alguien fuerte y apreciable que mata a un animal de grandes dimensiones y muy corpulento poniéndose frente a él con un banderín y no teniéndole miedo. A diferencia de todos estos adjetivos que se les atribuyen, deberían llamarlos asesino sin pudor, que dejan morir a un animal solo por dinero y por sentirse fuertes y poderosos. A un toro no le ganas si te lo encuentras de frente con él en su territorio, pero al meterlo en una plaza con miles de personas, el animal se estresa y lo único que hace es arremeter contra el torero, más bien contra el color rojo que les atrae. En otra situación si nadie lo molestaría el toro por sí solo no embiste, cuando se siente amenazado en cambio sí, y gracias a este comportamiento instintivo que tienen estos animales son destinado a ser animales de feria, destinado a morir.
El toreo no es ni arte ni cultura, es maltrato, maltrato hacia un animal en una situación en la que se encuentra indefenso frente a su asesino armado. Los amantes del toreo deberían reflexionar, y se darán cuenta de que han estado apoyando una tortura, no un arte.
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